El hacking urbano es un concepto genérico para una serie de intervenciones pacíficas, subversivas, en las que se hace uso de elementos ya existentes en el espacio público. Según el credo del hacking urbano, la ciudad es un sistema que puede ser cambiado desde dentro, por cualquiera que lo quiera intervenir, sin necesitar más que una idea.
El hacking urbano tiene como meta cambiar la función, el significado y las propiedades estéticas de espacios públicos a los que le faltan vida (baldíos, espacios abandonados u olvidados). Reúne acciones que convierten a la ciudad en un escenario para una nueva forma de expresión, a veces artística, otras veces social o política. El hacking urbano explota el espacio público como laboratorio creativo, donde intenta cambiar la realidad de cada día de una ciudad.
Aunque tiendan ser subversivas o aparecer invasivas, las tácticas de hacking urbano tienen hoy en día cada vez una mayor aceptación, también a nivel gubernamental. El proyecto LANDSCAPE CHOREOGRAPHY, por ejemplo, es un proyecto de hacking urbano, apoyado por la Unión Europea, que une a varias ciudades europeas como Taranto (Italia), Cottbus (Alemania) and Cluj (Rumania). LANDSCAPE CHOREOGRAPHY está basado en tácticas interdisciplinarias e integra el arte publico, la arquitectura urbana y paisajística con un análisis socio-antropológico. El objetivo del proyecto es el uso espontáneo y creativo de espacios públicos abandonados para inaugurar un círculo virtuoso que incremente las nuevas formas de cohabitación social y cultura.
La capital irlandesa Dublin aceptó el hacking urbano como instrumento para hacer ciudad. Varios departamentos del gobierno local de Dublin adoptaron el hacking urbano como instrumento oficial para mejorar los espacios públicos.
En la ciudad existen también distintos colectivos y artistas que sacan provecho de este concepto para expresarse en espacios urbanos. ¿Conoces alguno? Mantente con los ojos bien abiertos y ubica esta tipo de arte en tu entorno.